LA CORRUPCIÓN

 LA  CORRUPCIÓN 

La historia nos muestra que la corrupción no es un problema reciente. Mientras las malas prácticas se van haciendo más frecuentes, la capacidad del Estado para frenarle el paso parece verse

reducida. No por nada la corrupción es considerada uno de los principales problemas que enfrenta el país. La ciudadanía desconfía de la autoridad y de las instituciones, y de la efectividad del

sistema de justicia para luchar contra la corrupción.

Sin embargo, muchas veces el ciudadano se muestra tolerante a los actos de corrupción, y

esta “normalización” de las conductas corruptas reduce su capacidad

de indignación y la motivación para involucrarse en la lucha contra este

flagelo a través de la denuncia o de algún otro mecanismo de participación ciudadana.

Se hace evidente, entonces, que para luchar contra la corrupción es

necesaria la actuación conjunta del Estado y de la ciudadanía. De ahí

que este reporte busque informar al ciudadano acerca de esta problemática, e involucrarlo en la lucha contra ella.

Son muchas las definiciones de corrupción que se manejan en el ámbito público, académico y jurídico.1

 Desde la Defensoría del Pueblo definimos a la corrupción como el mal uso del poder público, entendido como el

incumplimiento de los principios del buen gobierno, así como de los preceptos éticos presentes en

la sociedad. Los actos de corrupción tienen el propósito de obtener ventajas o beneficios indebidos

para quien actúa o para terceros, en perjuicio del bienestar general.

El Informe “Defensoría, Ética pública y Prevención de la Corrupción” señala los principios del

buen gobierno afectados por la corrupción. Estos son: i) la participación, ii) la transparencia, iii) la

responsabilidad, iv) la rendición de cuentas, y v) la sensibilidad a las necesidades y aspiraciones

de la población.2

[1] Por ejemplo, una definición jurídica de los actos de corrupción es la siguiente: “[...] aquellos que constituyen la violación, activa o pasiva, de un deber institucional o del incumplimiento de alguna función específica realizados en un

marco de discreción con el objeto de obtener un beneficio extra-institucional, cualquiera sea su naturaleza [...]”.

Recuperado de http://www.contraloria.gov.ec/CEPAT/doc/cartagena/Conferencia_Dr_Jorge_Malem.pdf

[2] Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas y Consejo de Derechos Humanos de

la Organización de las Naciones Unidas. La Función del Buen Gobierno en la Promoción de los Derechos Humanos.

Resoluciones 2000/64, 2001/72, 2002/76, 2003/65, 2004/70, 2005/68, y Resolución 7/11 L. 29 del 25 de marzo del 2008.

“La función del buen gobierno en la promoción de los derechos humanos”.

La Defensoría

del Pueblo

fomenta el buen

gobierno con

la finalidad de

fortalecer la

institucionalidad

democrática.

12 600

MILLONES DE SOLES

se pierden anualmente por actos de

corrupción. Representa aproximadamente

el 10% del presupuesto nacional.

RADIOGRAFÍA DE LA

CORRUPCIÓN EN EL PERÚ

Reporte de corrupción N° 1

Mayo, 2017


COMPETENCIAS DE LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO:

en la lucha contra la corrupción

El mandato constitucional de la Defensoría es proteger los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y la comunidad, y supervisar el cumplimiento de los deberes de la administración estatal y la prestación de los servicios públicos a la ciudadanía.

Dado que la corrupción afecta derechos fundamentales, y que un acto de corrupción implica

el incumplimiento de los deberes públicos (que puede repercutir incluso en la adecuada prestación de servicios públicos), la Defensoría del Pueblo tiene competencia para intervenir en la lucha contra la corrupción.


DERECHOS HUMANOS Y CORRUPCIÓN:

La corrupción provoca vulneraciones, directas e indirectas, sobre los derechos de las personas y la comunidad. Las violaciones directas se dan cuando los actos de corrupción afectan

el ejercicio de derechos fundamentales. Así, por ejemplo, la desviación de fondos dirigidos a

comprar medicamentos influye en su desabastecimiento, afectando –directamente– el derecho a la salud de los pacientes. Las afectaciones indirectas se producen cuando la corrupción

ocasiona posteriores hechos que también lesionan derechos, como la mala construcción de

un puente. En este caso, el acuerdo encubierto entre un funcionario público y un contratista

para que aquel lo favorezca otorgándole la buena pro sin que su propuesta técnica sea la

más idónea, puede llevar a que el colapso o deterioro prematuro de un puente afecte el libre

tránsito de las personas.

El impacto de la corrupción es aun mayor sobre los derechos de las personas y los grupos

que se encuentran en estado de vulnerabilidad, como las personas en situación de pobreza, los

adultos mayores, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, entre otros.

Este flagelo también impide la concreción de dos deberes primordiales del Estado establecidos por la Constitución: garantizar la plena vigencia de los derechos humanos y promover

el bienestar general de los ciudadanos (artículo 44º). Por ello, consideramos indispensable incorporar la perspectiva de los derechos fundamentales en las políticas de prevención y lucha

contra la corrupción, lo que implica la necesidad de fortalecer nuestra línea de trabajo referida

al cumplimiento del deber de la administración estatal, con un enfoque integral que involucre

el aspecto preventivo y de sanción, y la generación de información que no solo facilite el dise-

ño y ejecución de políticas públicas, sino también la toma de decisiones.










https://www.globalsuitesolutions.com/es/que-es-la-ley-30424-de-peru/#:~:text=En%20Per%C3%BA%20existe%20la%20Ley,la%20corrupci%C3%B3n%20y%20%2F%20o%20fraudes%20

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